En el punto más álgido de la Guerra fría, la Fuerza Aérea de Estados Unidos
desarrolló un plan secreto para exhibir su poderío militar haciendo
estallar una bomba atómica en la Luna.
En una entrevista exclusiva con el dominical británico The Observer,
Leonard Reiffel, de 73 años, el físico que dirigió el proyecto a finales de
los años cincuenta en la Armour Research Foundation, organización apoyada
por el Ejército de Estados Unidos, reveló este extraordinario plan lunar.
"Estaba claro que el principal objetivo de la detonación era proyectar una
imagen de fuerza y mostrar nuestra superioridad militar. La Fuerza Aérea
quería que se produjera una nube en forma de hongo lo suficientemente
grande para que pudiera verse desde la Tierra", dijo el viernes Reiffel.
«En aquel entonces Estados Unidos iba rezagado en la carrera espacial».
«Lo ideal, obviamente, era que la explosión se produjera en el lado oculto
de la Luna y, en teoría si la bomba estallaba en el polo del satélite, el
hongo atómico quedaría iluminado por el sol». La bomba debía ser al menos
tan potente como la lanzada sobre Hiroshima a finales de la II Guerra
Mundial.
«En aquel entonces dejé bien sentado que la ciencia pagaría un alto precio
por destruir un entorno lunar impoluto, pero la Fuerza Aérea sólo estaba
interesada en la forma en que se vería la explosión desde la Tierra",
afirma Reiffel. Si bien Reiffel cree que la detonación habría tenido poco
impacto sobre el medio ambiente de nuestro planeta, el cráter habría
cambiado la cara de la Luna.
Reiffel no ha querido revelar la forma en que iba a producirse la
explosión, aunque confesó que «era sin duda viable desde un punto de vista
técnico», y que en aquel entonces un misil balístico intercontinental
armado con una cabeza nuclear era capaz de alcanzar su objetivo en la Luna
con una desviación de dos millas (unos tres kilómetros). En 1958, varios
oficiales de la Fuerza Aérea de Estados Unidos se pusieron en contacto con
Reiffel y le pidieron que llevara a cabo un estudio «en el menor tiempo
posible» sobre la visibilidad y los efectos de una explosión nuclear en la
Luna.
El nombre del proyecto secreto Al19 era Estudio de Vuelos de Reconocimiento
a la Luna.
«De haberse hecho público el proyecto, se habrían producido protestas
generalizadas», opina Reiffel.
Estados Unidos aún no ha desclasificado muchos documentos de la Guerra Fría
pero algunos detalles del proyecto A119 salieron a la luz el año pasado con
la publicación de una biografía del famoso astrónomo estadounidense Carl
Sagan.
Sagan fallecido en 1996, se dio a conocer en Estados Unidos como divulgador
de la ciencia y precursor de los estudios sobre la existencia de vida en
otros planetas. Reiffel incorporó a Sagan a la Armour Foundation de
Chicago, ahora Instituto de Investigaciones Tecnológicas de Illinois, y le
encargó el desarrollo de un modelo matemático sobre la expansión de una
nube atómica en el espacio alrededor de la Luna. Este modelo era de vital
importancia para determinar si dicha nube podría apreciarse desde la
Tierra.
En aquel entonces, los científicos todavía pensaban que podría haber
microbios en la Luna y Carl Sagan había sugerido realizar una prueba
nuclear en el satélite para comprobar existencia de microorganismos.
Sin embargo, hasta estos días nunca se había revelado el objetivo final del
proyecto Al19.
Los amigos de Sagan creen que el malogrado científico habría sido incapaz
de desvelar deliberadamente información clasificada, pero ahora Reiffel ha
decidido «aclarar este asunto histórico», Un portavoz del Pentágono no
quiso confirmar o negar el proyecto lunar.
Antony Barnett The observer/El Mundo
Descargar el artículo en formato zip
http://www.editorialbitacora.com/ar...luna01.htm
Leer las respuestas