BRUSELAS. Microsoft tiene un mes de plazo para responder
a la Comisión Europea cómo piensa remediar los abusos de
su posición de dominio absoluto en varios sectores
informáticos, como los servidores o los programas
multimedia.
El Ejecutivo comunitario confirmó que tiene pruebas de
que Microsoft «está utilizando su posición dominante» en
el mercado de los ordenadores personales y le ha
dado «una última oportunidad» para que formule sus
observaciones. El portavoz comunitario de Competencia,
Tilman Luder, señaló que «es muy pronto para hacer un
análisis de las posibles multas», aunque agregó que
Bruselas se ha reservado el derecho de poder imponerlas.
Luder recordó que una multa se determina en función de la
gravedad del abuso y su duración, así como de la posición
de la sociedad en el mercado y se toman también en cuenta
consideraciones atenuantes y agravantes. La normativa
comunitaria prevé que las multas puedan alcanzar hasta el
10% del volumen de negocios anual de la empresa
infractora, aunque jamás se ha alcanzado una sanción tan
elevada.
Aunque el portavoz no quiso dar un plazo fijo para la
decisión final de la Comisión Europea sobre el asunto
Microsoft, dijo que es «una cuestión de meses más que de
años».
Es la tercera vez que los servicios del comisario europeo
de Competencia, Mario Monti, vuelven a la carga contra el
gigante informático, pero esta vez con todos los cabos
aparentemente bien atados y a salvo de cualquier crítica
o duda legal, porque presentaron una «profunda
investigación realizada sobre el mercado» y dieron a la
compañía la oportunidad de explicarse.
La empresa se lo toma en serio
Y deben ser datos convincentes, porque ayer mismo la
portavoz de Microsoft en Europa, Tiffany Steckler,
declaró en París que se toman el expediente «muy en
serio» y prometió en nombre de la empresa «trabajar duro
para concentrar los esfuerzos, responder a las
preocupaciones y encontrar una solución positiva», aunque
no dio pistas sobre qué apaños pueden paliar la
abrumadora posición de Microsoft en los mercados
señalados por la CE.
Tilman, que destacó la complicación del asunto, dijo que
Microsoft tiene el derecho a pedir una audiencia oral y
también habrá que ver cuantas partes terceras querrán
participar en cualquier otra fase del proceso. El
portavoz señaló que «no podemos decir que Microsoft haya
ignorado a la Comisión Europea. Han respondido a todas
nuestras peticiones» y agregó que «nuestras pruebas
actuales son muy impresionantes y sustanciales», con un
dossier «muy sólido» que la empresa «no puede ignorar».
Monti se dijo «decidido a actuar para que, al final, este
asunto se resuelva en beneficio de la innovación y de los
consumidores». Un comunicado oficial señaló que «a la luz
de nuevas pruebas, la conclusión provisional de la
Comisión es que los abusos de Microsoft continúan».
Armado de una profusa documentación, recabada entre
proveedores, empresas y particulares, Monti arremetió
contra el intento de Microsoft de crear un monopolio en
los servidores informáticos para empresas.
La Comisión Europea tampoco acepta que el sistema
operativo Windows lleve incluido el programa «Media
Player» de lectura de archivos de video y audio y reclama
que, o bien se separan o se da entrada a otros programas
multimedia disponibles en el mercado, de modo que los
usuarios tengan una capacidad real de elección y no se
frene la innovación tecnológica en este terreno. Según
los servicios de Monti, esta práctica está ahogando la
competencia de otros operadores con programas como el
Apple Quick Time o el Real Networks.
El juego del ratón y el gato
Después de cuatro años jugando al gato y al ratón con
Microsoft, «pensamos que ahora tenemos el caso bien
atado, demasiado bien atado como para ignorarlo», amenazó
el portavoz de Monti, que explicó que las preguntas de la
encuesta llevada a cabo se centraron en la
interoperabilidad entre servidores y la capacidad de
optar por otros programas multimedia. Las acusaciones de
mantener una «posición extraordinariamente dominante» no
son nuevas pero sí más documentadas, luego apabullantes.
El Tribunal de Primera Instancia de la UE anuló el año
pasado tres decisiones de Bruselas en el ámbito de las
fusiones de empresas en los casos Tretra Laval-Sidel,
Scheneider-Legrand y Airtours-First Choice.
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