Hoy me he desayunado ( de verdad, estaba tomándome la tostada con aceite y
tomate, segunda cosa-tras estar lejos de líos familiares-que echaré de
menos de Casarol ) con esta maravilla de artículo, de Fernando Santiago,
que transcribo:
Estoy harto de este clima político irrespirable, aunque me cabe el
consuelo de pensar que la inmensa mayoría de la población mira para otro
lado, como si hubiera un molesto ruido de fondo que no le impide dedicarse
a su trabajo, a su familia o a descansar. Aún así estoy harto, harto de que
España siempre esté dividida en dos, de que seamos europeos en economía,
avanzados en coberturas sociales y derechos cívicos, liberales en
costumbres y dispuestos a rompernos la crisma por ideas políticas. Estoy
harto de que unos cuantos se hayan apropiado de la idea de España y se
erijan en únicos defensores de su unidad y en depositarios de todos sus
símbolos. Estoy harto de que quienes no estemos contra el Gobierno seamos
unos traidores a la patria y alberguemos oscuros intereses. Estoy harto de
que se monten estrategias políticas sobre hechos no demostrados, como que
se está negociando con ETA, que se ha vendido Navarra, que se ha
traicionado a las víctimas y cosas así. Estoy harto de que miles de
personas se dediquen a insultar o a desear la muerte del presidente del
Gobierno elegido por los españoles. Estoy harto de que mucha gente de
derechas piense que el poder les pertenece y cuando no lo tienen usen la
insidia y la calumnia para recuperarlo. Estoy harto de que muchos españoles
piensen todavía que el atentado del 11-M fue una conspiración para
desalojar al PP del poder y, por tanto, el PSOE lo ocupa de manera
ilegítima. Estoy harto de la hipocresía y la mentira, del doble juego, de
decir una cosa distinta en la oposición de la que se hizo cuando se
gobernó. Estoy harto de que se diga que se ha dejado en libertad a un
terrorista que ha cambiado de hospital y régimen penitenciario. Estoy harto
de que se abuse de las buenas intenciones de muchos españoles que se creen
la patraña de que la patria está en peligro. Estoy harto de que se utilicen
a los muertos y a las víctimas para obtener beneficio político. Estoy harto
de que el Gobierno no defienda sus puntos de vista y se quede absorto
viendo cómo lo zarandean. Estoy harto de que el PP sea una maquinaria
perfecta de comunicación y el PSOE esté acobardado, tanto que la gente
tenga que enviarse SMS para darse ánimos. Estoy harto de que 25.000
andaluces y 300.000 españoles se usen como si fueran el total de España,
por muy legal que sea su manifestación o por muy loables que pudieran ser
sus intenciones. Estoy harto de que no se diga de una vez que De Juana
Chaos ha cumplido por sus asesinatos y que está condenado por un delito de
opinión. Estoy harto de los socialistas oportunistas, como Rosa Díez, que
se han apuntado a otro carro pero no abandonan el que les da y les ha dado
de comer durante años. Estoy harto de las mentiras de la COPE y de El
Mundo. Estoy harto de los que se quieren poner por encima del mal y del
bien y decir la tontería de que todos crispan y ellos son el fiel de la
balanza. Estoy harto de los diputados y senadores del PP que en las Cortes
gritan, patean e insultan y luego quieren aparecer como gente de orden.
Estoy harto de que sólo sean españoles de bien los que apoyan el PP. Estoy
harto de las víctimas que no lo son, de hermanos, tíos y demás familiares
de quienes fueron asesinados han hecho un modo de vida de la muerte de su
familiar y ahora se creen con más derecho a hablar que el resto de los
españoles. Estoy harto de que los deseos de venganza de estas supuestas
víctimas tenga que presidir la política española. Estoy harto de saberme de
memoria los nombres y apellidos de alcaldes vascos, diputados vascos,
dirigentes políticos vascos, parlamentarios vascos, sindicalistas vascos y
demás. Estoy harto de que España sólo preste atención a un problema y no a
los cientos de asuntos que complican la vida de mucha gente. Estoy harto de
que Esperanza Aguirre, Acebes, Zaplana y Rajoy digan simplezas. Estoy harto
de leer sobre cómo duerme, qué come o con quién se ducha De Juana y de
saberme el nombre de su novia. Estoy harto de las señoronas de abrigos de
piel chillando contra el Gobierno. Estoy harto de que saquen de mí los
peores sentimientos. Parafraseando a Cela, esto no es un artículo sino la
purga de mi corazón.
http://alicia.blogsome.com/2007/03/12/estoy-harto/
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