por Javier
A nadie se le escapa que estamos viviendo estos días en España mucha lluvia
y poco sol. Es normal, estamos en mitad del otoño, pero, si tan evidente
resulta percibir el cambio del clima, ¿por qué algunos conductores no
cambian su comportamiento? La diferencia es muy, muy grande entre seco y
mojado. Ignorar las inclemencias del tiempo es un grave error, que se lo
digan al líder de la Armada Invencible.
Tan pronto como empiecen a caer las primeras gotas, e incluso antes, cuando
se nubla el cielo, ya hay que adoptar una predisposición a conducir con más
cuidado. No sólo hay que tener cuidado con nuestras propias acciones, sino
con las de los demás. Estar pendientes al tráfico y al entorno es
importante.
Ya conoceis muchos el alineamiento de este blog con la campaña de luces 24
horas, pero aún hay que tomarse más en serio el tema de las luces cuando se
trata de mal tiempo. Poner las luces en un día soleado andaluz, en agosto,
al mediodía, puede parecer una situación poco relevante, pero con mal
tiempo, no sólo es deseable, es obligatorio. Si hace mal tiempo, lo
primero, luces de cruce encendida ¡no de posición!
¿Por qué encender las luces? Para ser vistos con antelación por los demás.
Los días de lluvia, como puede apreciarse en la imagen, se produce un
reflejo del haz de las luces sobre el firme, facilitando aún más la visión
de otros vehículos. De ahí que sea tan importante, pero no todos los
conductores son conscientes de ello.
Circulando estos días por la carretera, a modo de estadística tonta, la
mitad de los conductores circulaban con las luces de cruce; bien. Más o
menos la otra mitad se repartía entre los que llevaban los faros apagados y
los que encendían las raquíticas luces de posición, cuya efectividad en
estas circunstancias es NULA.
Avisando a los conductores que llevaban las luces apagadas mediante
ráfagas, creo que ni la décima parte puso las luces. Puedo ser malpensado y
pensar que me entendieron y pasaron de mi, o ser mucho más malpensado y
pensar que ni siquiera iban pendientes del tráfico que iba en sentido
contrario. Quedaos con la que más os guste.
Los poseedores de modelos con luces automáticas, como muestra la imagen,
deben poner las luces de cruce manualmente, no siempre el sensor cree
"conveniente" encender el alumbrado de cruce aunque estén los
limpiaparabrisas en movimiento.
Si las condiciones visuales son bajas: lluvia intensa, niebla. además hay
que encender el alumbrado antiniebla, delantero y trasero, en función de
las circunstancias. Ya que se pagan los faros antiniebla como parte del
equipamiento, ¿por qué no usarlos? Para eso sirven, para mejorar la visión
de nuestro vehículo a los demás.
Además del tema de las luces, hay que incidir en el de la adherencia. El
asfalto mojado no es tan adherente como el seco, ni mucho menos. Cuanta más
agua se acumule sobre la calzada, peor. Puede darse hasta una situación de
pérdida total de control: aquaplanning, cuando se forma una capa de agua
entre el neumático y el firme (superior a la que el neumático es capaz de
desalojar), y todo lo que se puede hacer en un momento así, es ceñirse el
cinturón y rezar lo que uno sepa, el coche estará fuera de todo control.
Con las primeras gotas ya hay que ponerse en guardia, porque la mezcla del
agua con las impurezas del firme: tierra, restos de neumático. forma un
"barrillo" que disminuye la adherencia.
La velocidad hay que adecuarla a las circunstancias. Naturalmente, hay que
respetar los límites, e incluso, conducir un 10% más despacio o 10 Km/h
menos de lo que autorizan las señales. Una zona limitada a 90 es muy
recomendable recorrerla a 80 Km/h. No hay que olvidar que a más velocidad,
más incide la lluvia sobre el parabrisas y por tanto, peor visibilidad. Si
vamos a trabajar o a cualquier compromiso, bastará con salir 5-10 minutos
antes para compensar la diferencia de tiempo, y quizás, hasta nos sobre.
La distancia de seguridad respecto al vehículo anterior debería ser por lo
menos el doble de lo que iríamos separados en condiciones normales -y visto
lo visto, mucha gente no entiende que su coche no frena totalmente en 5
metros. La capacidad de frenada de un coche con ABS sobre mojado es muy
diferente respecto al firme seco. Eso, claro está, si las ruedas están en
perfectas condiciones, en mal estado, la distancia aumenta varios metros, y
la posibilidad de perder el control en un frenazo, también.
Si ya hablamos de un coche sin ABS, más cuidado si cabe. Hay que guardar
más distancia de seguridad, pues no sólo frenan peor, además, la dirección
no responderá a nuestras peticiones si las ruedas están bloqueadas. La
sensación de que el coche sigue avanzando en linea recta mientras el
volante está completamente girado, produce una angustia difícil de
describir. Todo esto puede verse con detalle en un episodio de La Segunda
Oportunidad: La lluvia. Lo que era vigente entonces, sigue siéndolo.
El ESP y el control de tracción facilitan la vida a los conductores en
determinadas situaciones, pero con lluvia, no deben correrse más riesgos
que de no contar con estos dispositivos. En un despiste nos pueden ayudar,
indudablemente, pero no hacen milagros. Su principio de funcionamiento es
el frenado selectivo de las ruedas, y si estas no contactan bien con el
firme, es como intentar detener un incendio forestal con una pistola de
agua.
Cruzar un buen charco es algo divertido que solíamos hacer de pequeños,
enfundados en botas de goma e impermeable. Hacer eso con el coche es una
mala idea. Puede esconderse una piedra, un socavón o cualquier "sorpresa"
en el charco, por no hablar de que si unas ruedas pisan asfalto y otras
charco, podemos hacer un trompo, con consecuencias poco agradables.
Si nos vemos en la necesidad imperiosa de adelantar, hay que tener
muchísimo cuidado. Aparentemente podemos tener "via libre" en sentido
contrario, pero ¿y si nos cruzamos con un conductor despistado que no ha
encendido sus luces? Puede que advirtamos su presencia demasiado tarde. Por
otro lado, al circular muy cerca de otro vehículo, sobre todo si es
alto -como un camión, furgón, etc- su contorno quita parte de la lluvia que
cae sobre nosotros. Al circular en paralelo para adelantar, caerá más agua
sobre el parabrisas y nuestra visibilidad será peor. Ante la duda hay que
desistir.
También es importante mantener el confort climático del coche y no
escatimar combustible a la hora de usar el desempañador, utilizar las manos
o trapos, aparte de no resolver el problema, pueden ser fatales por
ahorrarse unos céntimos. Es más, es muy deseable conducir con ropa cómoda y
dejar el abrigo en el maletero, aunque haga falta subir la calefacción. El
uso de ropa holgada resta eficacia al cinturón de seguridad. El paraguas si
puede colocarse en el maletero, o donde no pueda salir despedido en un
frenazo y provocar lesiones, mejor.
En resumen queridos amigos, cuando el tiempo no acompaña, hay que ser más
prudentes, más cuidadosos y conducir más tranquilos. Basta con un poco de
sentido común y recordar lo siguiente:
Encender el alumbrado de cruce, y si es necesario, las luces antiniebla
(¿cuál de los coches de la foto se ve mejor?)
Circular más despacio, no sobrepasar los límites legales de velocidad
Doblar la distancia de seguridad con el vehículo precedente
Mantener los neumáticos con la profundidad de dibujo legal (en un artículo
anterior comenté esto con más profundidad, valga la redundancia)
Anticiparse y preveer los movimientos de los demás, no permitir que nada
nos pille por sorpresa
No dejemos que la lluvia nos "agüe" ningún trayecto.
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Fotografías de lluvia cortesía de Luces 24 Horas
http://www.pacocostas.com/blog_jcf/?p8
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