"Cortell defiende que "en España, con la ley en la mano, no se puede
llamar pirata, entendiendo como tal un infractor de la ley, a nadie
que copie, comparta o regale ningún tipo de obra audiovisual a través
de redes p2p o de la manera que quiera, siempre y cuando no haya ánimo
de lucro".
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"Se usa internet como excusa para mantener un oligopolio" .
Gollem, 04/03/2005 (10:35).
http://www.hispamp3.com/noticias/no...hp?noticia 050304103531
Jorge Cortell, profesor de Propiedad Intelectual y de Comercio
Electrónico en el Master Multimedia de la Escuela Técnica Superior de
Ingeniería del Diseño de la Universidad Politécnica de Valencia, no es
sólo una de las voces más críticas con la vigente Ley de Propiedad
Intelectual y con la próxima reforma anunciada por el Ministerio de
Cultura, sino también una de las más autorizadas.
Licenciado en Económicas, Empresariales y Dirección de Empresas,
máster en Marketing, doctorado en Comunicación, a punto de graduarse
en Informática por la Universidad de Oxford –la ceremonia será el
próximo martes– y estudiante de Filosofía y Ciencias Políticas en la
Universidad de Harvard, entre otras titulaciones, su blog
(
http://jorge.cortell.net) se ha convertido en un referente básico
para el seguimiento de los conflictos entre los usuarios de la red y
quienes propugnan restringir la libertad de movimientos de éstos.
Invitado por el Festival Audiovisual Zemos98_7, ayer participó en el
ciclo de conferencias que el certamen, en colaboración con la
Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), ha organizado sobre
Creación e Inteligencia Colectiva.
"Hay todo un movimiento filosófico que habla de que a partir de la red
de redes y de la digitalización de los contenidos se puede generar una
conciencia colectiva que vaya más allá del estado de opinión –explica
sobre este concepto–.
Cualquier colectivo que tenga una forma de pensar similar sobre un
hecho determinado, que tenga unos intereses o una escala de valores
comunes, genera al organizarse un nuevo conocimiento, una nueva
inteligencia que pertenece no ya al individuo, sino al grupo".
Esta idea, la de la digitalización de los contenidos, viene chocando
no obstante, y desde la popularización de internet, con no pocos
obstáculos, en especial contra aquellos que afectan a las leyes de
propiedad intelectual. Valga como ejemplo cercano la persecución del
intercambio de ficheros amparados por copyright a través de redes peer
to peer.
"El sistema en sí es erróneo porque está desfasado –afirma Cortell–.
Está basado en una realidad anacrónica, el soporte físico, que sigue y
seguirá existiendo, y que seguirá generando valor. Pero estamos ante
una nueva realidad, que es el cambio de paradigma: la digitalización.
Tenemos que tenerlo en cuenta y tenemos que tener en cuenta también
las ventajas que esto nos puede aportar.
No hay que pensar sólo en cómo limitarlo, en cómo proteger el sistema
antiguo, sino en cómo hacer para que este nuevo paradigma beneficie a
más gente, organizaciones e instituciones.
Incluso si se quiere pensar desde una perspectiva mercantilista, puede
ser una forma de generar ingresos y beneficios. Pero lo que no podemos
hacer es verlo como una amenaza. Primero porque es una realidad con la
que no se va a acabar; y segundo porque es una oportunidad maravillosa
para todos".
Para Cortell, "el problema está en que se usa internet, las redes p2p,
la copia privada o lo que se quiera como excusa para mantener un
oligopolio y un modelo de negocio anticuado –dice en clara referencia
a la industria discográfica–.
¿Puede afectar al mercado este cambio en el modelo de negocio? Sin
duda ninguna. Todos los cambios afectan de una manera u otra. ¿Habrá
gente que no se pueda adaptar y que no pueda seguir en la industria?
Sin duda también. Pero no hubiéramos podido pretender que nadie se
comprase un frigorífico porque eso fuese a arruinar las fábricas de
hielo. Cuando uno deja de ser necesario en su modelo tradicional, o
evoluciona o desaparece, lo que no puede hacer es defenderlo a costa
del interés general".
Especialmente crítico también con las sociedas de gestión de derechos
de autor –estima que el polémico canon por copia privada sobre los
CD-R habría reportado a la SGAE "en torno a 48 millones de euros
durante los primeros ocho meses de implantación"– Cortell defiende que
"en España, con la ley en la mano, no se puede llamar pirata,
entendiendo como tal un infractor de la ley, a nadie que copie,
comparta o regale ningún tipo de obra audiovisual a través de redes
p2p o de la manera que quiera, siempre y cuando no haya ánimo de
lucro".
Al menos, de momento, porque esa interpretación del texto podría
desaparecer con la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual. Según
Cortell, el Ministerio de Cultura "está siendo descaradamente
partidista y adoptando una posición de falta de neutralidad. Lo dicen
los datos fríos de los estudios cuantificados: no está defendiendo el
interés público. ¿Por qué? La motivación es otra cuestión, no sé si no
han considerado otras opciones, si no cuentan con la información
suficiente, si nadie les ha hablado de modelos alternativos de negocio
o si no tienen a mano los estudios que demuestran que lo que proponen
las sociedades de gestión es una barbaridad. Desconozco la motivación,
pero conozco los hechos: con ánimo proteccionista toman partido por un
modelo anacrónico, desfasado, que entorpece no sólo la generación de
nuevos modelos de negocio, sino también la de nuevas obras
artísticas".
ENLACES RELACIONADOS
Artículo en Diario de Sevilla.
http://www.diariodesevilla.com/diar....asp?idart5981&idcat82
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